La obesidad es una enfermedad compleja y el manejo del peso a menudo genera muchas preguntas.
Por un lado, la obesidad es una condición heterogénea, lo que significa que se manifiesta de manera diferente en cada persona. Entender esto es crucial, ya que puede explicar por qué tu cuerpo actúa de manera distinta al de alguien más que también está tratando de perder peso.
Por otro lado, el patrón de pérdida de peso entre las personas que intentan adelgazar suele ser similar: muchas comienzan perdiendo rápidamente una gran cantidad de peso, seguido de un período de estancamiento en el que la tasa de pérdida disminuye considerablemente.
Para comprender por qué tu pérdida de peso podría estar estancándose, es útil aprender sobre la biología detrás de la obesidad. Nuestros cuerpos necesitan energía para funcionar, y obtenemos esta energía de los alimentos, parte de los cuales se almacena como grasa. La tasa a la cual nuestro cuerpo utiliza esta grasa depende de varios factores, tanto comportamentales como ambientales. Sin embargo, existen otros factores complejos que influyen en cómo perdemos peso.
Esto explica por qué la pérdida de peso no es lineal; puedes experimentar altibajos en tu regreso a un peso saludable. ¿Qué otros factores podrían estar afectando tu tasa de pérdida de peso?
La obesidad tiene un componente genético para el 40-70% de las personas que la padecen. Tus genes pueden influir en cómo tu cerebro y sistema nervioso central envían y reciben señales sobre la sensación de saciedad. También determinan cómo tu cuerpo responde a factores ambientales. Este fenómeno se conoce como fenotipo y es un área de gran interés en la investigación sobre obesidad. Por lo general, la obesidad resulta de la combinación de múltiples genes que aumentan la probabilidad de desarrollar esta condición.
Las señales de hambre y saciedad en tu cerebro están mediadas por hormonas. Por ejemplo, la grelina, una hormona producida en el estómago, indica hambre, mientras que la leptina, que se produce en las células grasas, ayuda a regular la saciedad. Algunas personas que viven con obesidad pueden experimentar un mal funcionamiento de la leptina, lo que lleva a un aumento en las sensaciones de hambre.
Independientemente del esfuerzo por perder peso, muchas personas experimentan un período de estancamiento. Sin el apoyo adecuado, esto puede resultar desmotivador y complicado de comprender.
Al comenzar un programa de gestión del peso, generalmente se recomienda reducir la ingesta calórica, lo que puede provocar una pérdida de peso significativa, especialmente si se combina con actividad física regular. Para quienes tienen sobrepeso u obesidad, se sugiere caminar rápido al menos cuatro veces por semana.
Sin embargo, con el tiempo, es común que la tasa de pérdida de peso no se mantenga. A menudo, la pérdida de peso se estanca e incluso se puede experimentar un aumento de peso. Esto se debe a cambios hormonales.
A medida que reduces la ingesta calórica, tu cuerpo necesita menos energía para seguir perdiendo peso y, a su vez, las señales de hambre se vuelven más intensas. Este ciclo hormonal puede hacer que parezca que estás luchando una batalla cuesta arriba.
La buena noticia es que, con el apoyo adecuado, puedes superar el estancamiento en la pérdida de peso. Es importante contar con un equipo médico que te brinde orientación y apoyo. Haz una cita hoy mismo con un especialista aquí: Inicio | Buscador de expertos