Las personas que viven con sobrepeso u obesidad a menudo enfrentan trato injusto o juicios negativos debido a su tamaño, un fenómeno conocido como estigma del peso. Esta discriminación puede manifestarse en relaciones personales, entornos educativos, cuidados médicos e incluso en el trabajo.
El 26% de quienes viven con obesidad y el 31% de personas con obesidad severa han informado haber enfrentado discriminación laboral.
Es esencial que los lugares de trabajo reconozcan el impacto negativo que el estigma del peso puede tener en la productividad y el rendimiento. Este artículo tiene como objetivo brindar herramientas y conocimientos a quienes enfrentan este problema en su entorno laboral, facilitando conversaciones significativas con empleadores y compañeros. La educación es clave para desmentir conceptos erróneos sobre la obesidad que fomentan tanto el estigma social como el auto-estigma, asegurando que todos sean tratados con igualdad, independientemente de su peso.
Existen muchas ideas erróneas sobre la obesidad. A pesar de la evidencia científica que demuestra lo contrario, algunas personas creen erróneamente que vivir con sobrepeso es una elección que se puede resolver simplemente comiendo menos y haciendo más ejercicio. Esta percepción puede llevar a los empleadores y compañeros a hacer suposiciones injustas, considerando a quienes tienen sobrepeso como menos productivos o falto de disciplina.
Estos estereotipos inexactos pueden resultar en un trato injusto. Aquellos que enfrentan esta situación son más propensos a experimentar:
- Salarios más bajos
- Sanciones más severas por parte de sus empleadores
- Menos oportunidades de promoción
- Procesos de contratación injustos
- Despidos injustificados
El 45% de los empleadores afirma que es menos probable que contraten a alguien que vive con sobrepeso u obesidad.
Algunas personas creen que el estigma del peso actúa como una forma de “amor duro” que motivará a quienes lo sufren a perder peso y aumentar la productividad. Sin embargo, esta creencia puede resultar en una profecía autocumplida; el sesgo no solo daña la salud física y mental, sino que también puede repercutir negativamente en el rendimiento laboral.
Un ambiente hostil puede afectar la autoestima de los empleados, haciéndolos sentir inseguros respecto a sus capacidades, lo que podría resultar en más ausencias, pausas más largas por razones de salud o incluso jubilaciones anticipadas. Además, el estigma puede contribuir al "presentismo", donde los trabajadores están en el lugar, pero no rinden al máximo debido a la baja autoestima o la insatisfacción laboral.
La calidad de vida y situación financiera de quienes viven con obesidad también se ven impactadas. Estudios han señalado que estas personas, especialmente las mujeres, ganan entre un 8-10% menos que quienes no tienen obesidad.
El 25% de las mujeres que experimentan sobrepeso u obesidad enfrentan discriminación laboral y reportan incidentes relacionados con el peso 16 veces más a menudo que los hombres.
Es fundamental romper el ciclo de la profecía autocumplida asociado al estigma del peso y a su influencia en la productividad. Los empleadores deben reconocer que fomentar este tipo de estigmas afecta seriamente el rendimiento en el entorno laboral. Cuando los empleados reciben el apoyo adecuado y están libres de juicio y trato injusto, están más motivados para dar lo mejor de sí.
Aunque no hay soluciones simples para erradicar el estigma del peso, hay varios pasos que puedes seguir para promover un ambiente más justo e inclusivo:
- La educación es clave: Muchos tienen una comprensión limitada de la obesidad, lo que alimenta el estigma social. Desafía los mitos explicando que la obesidad es una condición médica crónica y compleja. Todos merecen ser valorados por sus cualidades, no por su peso, y parte de esta educación debe incluir el uso de un lenguaje que priorice a la persona, como “una persona con obesidad” o “empleados que viven con sobrepeso”, en lugar de términos despectivos. Para profundizar en un lenguaje inclusivo, consulta nuestro artículo "Obesidad y Lenguaje: Por Qué Importa".
- Política de cero tolerancias: Solicita a tus empleadores que implementen políticas de cero tolerancias hacia la discriminación y fomenten una cultura laboral de apoyo donde todos se sientan cómodos al reportar tratos injustos.
- Recursos accesibles: Pide que se ofrezcan recursos de apoyo para mejorar la salud y el bienestar de los empleados, asegurando que sean de fácil acceso.
- Políticas inclusivas: Las normativas laborales pueden marginar a quienes viven con obesidad. Es crucial que los empleadores incluyan a estas personas en conversaciones sobre políticas laborales, para asegurar un trato equitativo para todos. Desde decisiones sobre ropa corporativa hasta actividades de integración, estas políticas deben estar diseñadas para promover la empatía y la aceptación.
Aunque cambiar las actitudes sociales lleva tiempo, puedes dar el primer paso al educar a los demás y abogar por la igualdad. Iniciar conversaciones difíciles sobre el peso y la obesidad puede ser un reto, pero allana el camino hacia un entorno laboral más inclusivo, respetuoso y productivo para todos.